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EL BLOG DE PEDRO

Carrillo, SA

El grupo del presidente de Air Madrid toca todas las teclas del turismo: operador, transporte, agencias y negocio inmobiliario.

Presidente de Air Madrid           

Al menos en apariencia, en la calle de Sirenes, número 17, del municipio de Calvià (Mallorca), se vivía el pasado viernes un ambiente típicamente prenavideño. Los empleados de las oficinas recogían sus lotes de Navidad, y, preguntado uno de ellos por si la plantilla había cobrado, la respuesta fue un sí.

Sirenes, número 17, de Calvià es la base operativa del pequeño imperio turístico levantado a lo largo de más de cuatro décadas, buscando oportunidades de negocio bajo las piedras, por José Luis Carrillo Benítez, presidente de Air Madrid. Un miniimperio que toca todas las teclas del negocio turístico y que, en esencia, se sustenta sobre una pata llamada asÍ: José Luis Carrillo Benítez. “Lo que tiene este hombre no es un holding del que cuelgue un puñado de empresas. El holding es él”, explica un antiguo colaborador.

Bucear en las cuentas del pequeño imperio es una tarea ardua (en el Registro Mercantil se cuenta una treintena larga de sociedades); confusa (abundan las participaciones cruzadas entre dichas sociedades) y, en ocasiones, estéril (las cuentas presentadas son antiguas, no pasan del ejercicio 2004, de 2003 y, en algún caso, incluso de 2001).

El entramado societario que preside Carrillo -y que, según las empresas, también cuelga de su esposa, Susana Szymansca, de origen polaco, compartiendo propiedad- no toma forma de pirámide. Su estructura tiende a ser transversal: no existe un grupo global que presente un resultado consolidado, sino muchos cachitos sueltos. Al menos 18 de las sociedades comparten domicilio social en la citada calle de Sirenes.

Cuando se llama a cualquiera de las empresas que forman este entramado, se llega a la conclusión de que la aparente madre del cordero es Optursa, participada al 50% por Carrillo y Szymansca. Cuando Carrillo dio su último golpe para crecer el pasado mes de junio -pujó en una subasta y ganó 10 establecimientos de la cadena hotelera internacional Acorn situados en Baleares, tras anunciar que pagaría por ellos cerca de 150 millones de euros-, el empresario afirmó que, con estas incorporaciones, “el grupo Optursa había cumplido” ya con sus objetivos de crecimiento en el terreno hotelero (pasó a tener 47 establecimientos repartidos entre España, Suiza, Bélgica, Nicaragua y Argentina).

Los datos facilitados entonces por el empresario de origen andaluz apuntaban que Optursa -presentada como paraguas de un conglomerado empresarial que incluye la compañía aérea Air Madrid, la cadena Hoteles Globales, el operador turístico Alada Tours y el operador Altura Destination- contaba con 4.500 empleados y unas ventas de 250 millones de euros.

Según el Registro Mercantil, Optursa Management Limited no es el paraguas del imperio, aunque sí controla el capital de Air Madrid (y de Air Madrid cuelga Alada Tours). Y lo cierto es que las últimas cuentas de esta sociedad, depositadas en enero de 2006, corresponden a 2004. Y, en ese ejercicio, Optursa registró unas pérdidas de 791.573,9 euros, con unos ingresos de 5,20 millones de euros.

Ese mismo ejercicio, la aerolínea que acaba de suspender pagos obtuvo 39,11 millones de euros de ingresos y perdió 6,59 millones. Las cuentas de Air Madrid de 2005 no constan en el registro, aunque fuentes próximas a la empresa las sitúan rozando los 14 millones de euros. Alada también arrojó números rojos (918.896 euros), con un negocio de 5,8 millones.

No son los mejores días para buscar un poco de luz en la calle de Sirenes, número 17, del municipio de Calvià. La respuesta es contundente: los directivos están concentrados en salvar Air Madrid y no están disponibles para contrastar cifras. En las mencionadas oficinas, remiten a una portavoz de Air Madrid, quien afirma que no dispone de cifras sobre el resto de las empresas. Eso sí, ofrece una estimación sobre la facturación de Air Madrid para el año 2006, que asciende a 500 millones de euros. Sí admite que la compañía “todavía pierde dinero”.

La hemeroteca dice que, en julio del año pasado, José Luis Carrillo auguraba que Air Madrid llegaría a mayo de 2006 con un beneficio de 17 millones. Y, en enero de 2006, se estimaba que el ejercicio 2005 cerraría con cinco millones de euros. El abogado designado por Carrillo como portavoz en este embrollo, Pascual Pérez Ocaña, se muestra “agotado” por el sobreesfuerzo de los últimos días y también declina hablar.

En todo caso, del laberinto societario de los Carrillo -su familia está presente en todas y cada una de las sociedades- se desprende que la actividad de agencias de viajes se canaliza a través de Viajes Operadora Turística, que, en 2004, según el registro, obtuvo 983.387,63 euros de ingresos y 302.189,74 euros de beneficio. El objeto social de Alada Tours es ser agencia de viajes, negocio mayorista y minorista de turismo y otras actividades de apoyo.

En cuanto a Air Madrid, empresa que Carrillo compró hace justamente dos años, todos saben que se dedica (se dedicaba, tras serle retirada por el Ministerio de Fomento la licencia para volar) al transporte aéreo.

En el entramado existe también una sociedad, Panoramic, dedicada al comercio al por mayor de automóviles, camiones, autocares, remolques, motos y bicicletas.

Y tiene igualmente una pata inmobiliaria. Carrillo preside varias sociedades cuya actividad registrada es el alquiler de bienes inmuebles (como Inexco Castillo Ducal, Borneo, Inmobiliaria Marítima o Construcciones Hoteleras Santa Ponsa). Según fuentes del sector, el negocio inmobiliario sirve básicamente al mantenimiento y reforma de sus propios hoteles, aunque otras discrepan. Dicen que también se dedica a la promoción.

Pero, en esencia, la trama es hotelera. Es ahí donde se encadenan la mayoría de sociedades, y no sólo a través de Operadora Hotelera, cuya denominación comercial es Hoteles Globales.

José Luis Carrillo -que posee, por otra parte, un 5% del mayorista británico My Travel- preside, además, la Sicav (sociedad inversora) Cartera Optursa, en la que figuran como administradores su esposa y su sobrino y que, según consta en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tiene un patrimonio de 11,55 millones de euros (datos al cierre del tercer trimestre de 2006).

El Pais.

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