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EL BLOG DE PEDRO

Pedrosa gana su primera carrera de MotoGP

 

 

El genio volvió a frotar su lámpara y regaló a los presentes una carrera de ensueño. Dani Pedrosa, de la mano de sus insultantes 20 años y en su cuarta comparecencia en la cilindrada reina, logró la primera victoria de su carrera deportiva en MotoGP. Un triunfo que corona una trayectoria que engulle hitos a la misma velocidad que devora kilómetros sobre su moto. Nicky Hayden, su compañero, fue segundo, y Colin Edwards, tercero.

En la cuna de la meditación, la introspección y la sabiduría, un pequeño samurai de maneras grandiosas evidenció que todas las cosas tienen un lado bueno (el ying y yang), y que en el motociclismo actual él encarna la facción positiva. 20 años, cuatro carreras en MotoGP y ya alzó la mirada al aire para escuchar el himno español mientras un gusanillo lo devoraba por dentro. No es que no esté acostumbrado a ganar, es que su equipo, Alberto Puig —su padre deportivo-, sus seguidores y él mismo eran conscientes de que el paso dado entrañaba mucho esfuerzo. Supone pegar una patada burlona a la presión, los miedos y la competencia.

Aterrizó en la categoría reina sosteniendo sobre su endeble figura el apremio de ser la nueva ilusión renovadora de todo un ‘circo’ como el Mundial de motociclismo. Era el elegido, ‘el Mesías’ esperado por todos para reavivar una competición que agonizaba bajo el yugo de Rossi. Llegó todavía con muchos tirando de suspicacias sobre su peso, las ventajas que le otorgaba. Tres meses después ha demostrado que vale su peso en oro. Ha desestimado un proceso de adaptación que moldea a todo piloto, y que incluso llega a enterrar a los más prometedores.

Ha driblado con la maestría de un crack inconvenientes que hubieran hecho caer a muchos: dificultades en la salida debido a su estatura, su pequeño peso ante una bestia de 148 kilos, aprender a frenar, tumbar y levantar su Honda…Minucias para un maestro que cada vez que da gas sienta cátedra. En su debut, en Jerez, fue segundo, en Qatar demostró que tenía ritmo para ganar y el Turquía se cayó cuando era líder. Shanghai quedará grabado como el día que se escenificó el relevo generacional, el día que Pedrosa aceptó tomar el testigo. Y lo hizo precisamente gracias a una buena salida. «¡Por fin he salido bien!», exclamaba al final.

En la primera curva cometió un error de cálculo y descendió hasta el quinto puesto. La concentración manifestada en los entrenamientos (pese a la lluvia no se quitó el casco y los guantes) la aderezó en carrera con su habitual sangre fría y su ritmo biológico de ‘comecocos’. En la tercera vuelta puso fin a la relación con su compañero de guardería, Casey Stoner (quinto), del que se tomó venganza al ganar antes que él una carrera (el ‘aussie’ logró antes una ‘pole’). Sete, Hopkins y Edwards fueron engullidos por esta ‘calculadora humana’, que en la vuelta nueve era líder. No era una situación que escapara a su control, ya lo fue en Turquía.

El propósito era no cometer el mismo error. Dar la vida sobre el asfalto, tirar hasta quedar exhausto y si le ganaban que fuera por méritos propios y no deméritos suyos. Que marcara vuelta rápida (1:59.318) en el penúltimo giro indica que el tema era serio. «Hayden me ha hecho ir más deprisa de lo que esperaba», explicaba Pedrosa. El estadounidense fue el único que aceptó su pulso y trató de echarle el lazo. Lo más cerca que estuvo fueron seis décimas, pero tuvo que rendirse a la evidencia. «Es una victoria justa, se la merece», afirmó el compañero del español. Edwards, que lideró la prueba nueve vueltas, completó el podio.

Un podio que nunca divisó Valentino Rossi. Convaleciente de una moto caprichosa que no le da el rendimiento deseado, cuando rodaba quinto tuvo que entrar en ‘boxes’ para cambiar su neumático trasero. Reemprendió la marcha de forma estéril y tuvo que abandonar. Era la imagen del cambio de ciclo: Rossi a su ‘box’, Pedrosa a lo más alto del podio. El español rompía una racha de 12 carreras ganadas por pilotos italianos, hacía que volviera a sonar el himno español en MotoGP, lo que no sucedía desde el GP de Qatar de 2004 con Sete y lograba la vigésimo cuarta victoria de su carrera (29.2% de triunfos -24 GGPP de 82-).

 

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