BROCHE DE ORO
Fernando Alonso puso el broche de oro a una temporada de ensueño con una victoria en el GP de China que, junto al tercer puesto de Giancarlo Fisichella, otorga a Renault su primer título mundial de constructores. El segundo puesto de Kimi Raikkonen no fue suficiente para McLaren tras el abandono de Juan Pablo Montoya. Ralf Schumacher completó el podio de la última carrera.
Hace poco menos de un mes, Fernando Alonso celebraba con rabia su título mundial. Aquel día se coronaba como el mejor piloto del Mundo, y el español, agrdecido y emocionado, lo quiso hacer extensivo a todo su equipo. Sin embargo, no ha sido hasta este 16 de octubre cuando todos ellos, los hombres de azul y amarillo, saborean el éxito, su éxito. Con la victoria del asturiano en China, Renault consigue el campeonato Mundial de constructores.
Defensa exitosa
Y la tarea en el último día, en el que Renault tenía que defender una exigua renta de dos puntos sobre McLaren, no fue sencilla. La cantidad de incidentes y de parones jugaron siempre en contra de la escudería francesa. Pero al final, prevaleció el buen pilotaje y la constancia y la fiabilidad de los monoplazas galos.
Los incidentes ocurrieron desde antes de empezar la carrera, en la misma vuelta de formación. Una extraña e inédita colisiñon entre Michael Schumacher y Albers obligó a los mecánicos de ambas escuderías a preparar urgentemente los coches de reserva. Schumacher protagonizaría posteriormente otra imagen increíble: el alemán perdió el control de su Ferrari cuando el 'safety car' estaba en la pista.
Pero aunque no lo parezca, no fue lo más extraño que sucedió en el trazado de Shanghai. Ese dudoso honor fue para una tapa de alcantarilla que se levantó en el sitio más inoportuno, en pleno piano, destrozando la rueda y la suspensión del coche de Juan Pablo Montoya. Un duro golpe para McLaren y una tonta manera para Alonso de perder la ventaja que había acumulado hasta ese momento. Lo único positivo fue que la primera parada fue plácida y eliminó por ello cualquier tipo de riesgo.
Incidente decisivo
Tras reanudarse la carrera, el español impuso otra vez su gran ritmo para volver a distanciarse. Pero poco después, otro incidente volvería a apretar las cosas. El Jordan del indio Karthikeyan se estrelló y el coche, medio desintegrado e incendiado, quedó en medio de la pista, casi en el único punto del trazado en el que no había escapatorias, lo que obligó a un nuevo 'safety car'. El caso es que esta nueva participación del coche de seguridad sí resultó clave.
Primero porque como sucediera la vez anterior, Alonso volvió a perder lo ganado sobre el asfalto. Pero no fue el único damnificado, ya que la segunda ocasión en la que los pilotos aprovecharon para repostar, Raikkonen superó a Fisichella en los boxes, todo ello tras una maniobra extraña del italiano que le terminaría costando una sanción y por ende, decir adiós al podio. Antes de este incidente, 'Físico' había sido un fiel aliado del asturiano, sobre todo en la salida, en la que contuvo a los McLaren.
Fue en este momento cuando aparecieron los actores secundarios: Ralf Schumacher (que se terminaría topando con el podio), Massa y Klien. La importancia de estos pilotos tras el segundo coche de seguridad y hasta que volvieron a entrar a boxes fue la de taponar el progreso de Raikkonen. Fernando Alonso logró por ello distanciarse definitivamente y lograr su séptima victoria del año, la última, la que cierra su temporada y, gracias a él, también la de su equipo. El año que viene más. ¿Mejor?
Hace poco menos de un mes, Fernando Alonso celebraba con rabia su título mundial. Aquel día se coronaba como el mejor piloto del Mundo, y el español, agrdecido y emocionado, lo quiso hacer extensivo a todo su equipo. Sin embargo, no ha sido hasta este 16 de octubre cuando todos ellos, los hombres de azul y amarillo, saborean el éxito, su éxito. Con la victoria del asturiano en China, Renault consigue el campeonato Mundial de constructores.
Defensa exitosa
Y la tarea en el último día, en el que Renault tenía que defender una exigua renta de dos puntos sobre McLaren, no fue sencilla. La cantidad de incidentes y de parones jugaron siempre en contra de la escudería francesa. Pero al final, prevaleció el buen pilotaje y la constancia y la fiabilidad de los monoplazas galos.
Los incidentes ocurrieron desde antes de empezar la carrera, en la misma vuelta de formación. Una extraña e inédita colisiñon entre Michael Schumacher y Albers obligó a los mecánicos de ambas escuderías a preparar urgentemente los coches de reserva. Schumacher protagonizaría posteriormente otra imagen increíble: el alemán perdió el control de su Ferrari cuando el 'safety car' estaba en la pista.
Pero aunque no lo parezca, no fue lo más extraño que sucedió en el trazado de Shanghai. Ese dudoso honor fue para una tapa de alcantarilla que se levantó en el sitio más inoportuno, en pleno piano, destrozando la rueda y la suspensión del coche de Juan Pablo Montoya. Un duro golpe para McLaren y una tonta manera para Alonso de perder la ventaja que había acumulado hasta ese momento. Lo único positivo fue que la primera parada fue plácida y eliminó por ello cualquier tipo de riesgo.
Incidente decisivo
Tras reanudarse la carrera, el español impuso otra vez su gran ritmo para volver a distanciarse. Pero poco después, otro incidente volvería a apretar las cosas. El Jordan del indio Karthikeyan se estrelló y el coche, medio desintegrado e incendiado, quedó en medio de la pista, casi en el único punto del trazado en el que no había escapatorias, lo que obligó a un nuevo 'safety car'. El caso es que esta nueva participación del coche de seguridad sí resultó clave.
Primero porque como sucediera la vez anterior, Alonso volvió a perder lo ganado sobre el asfalto. Pero no fue el único damnificado, ya que la segunda ocasión en la que los pilotos aprovecharon para repostar, Raikkonen superó a Fisichella en los boxes, todo ello tras una maniobra extraña del italiano que le terminaría costando una sanción y por ende, decir adiós al podio. Antes de este incidente, 'Físico' había sido un fiel aliado del asturiano, sobre todo en la salida, en la que contuvo a los McLaren.
Fue en este momento cuando aparecieron los actores secundarios: Ralf Schumacher (que se terminaría topando con el podio), Massa y Klien. La importancia de estos pilotos tras el segundo coche de seguridad y hasta que volvieron a entrar a boxes fue la de taponar el progreso de Raikkonen. Fernando Alonso logró por ello distanciarse definitivamente y lograr su séptima victoria del año, la última, la que cierra su temporada y, gracias a él, también la de su equipo. El año que viene más. ¿Mejor?
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